“EL PSICOANÁLISIS COMO PRÁCTICA ESPIRITUAL DESDE LA MIRADA DE MICHEL FOUCAULT”

El psicoanálisis, fundado por Freud, trató de ceñirse en sus inicios al discurso positivista de la ciencia, para de ella obtener su estatuto sin lograrlo. Más tarde Lacan señala las problemáticas de la práctica analítica (enseñanza y estatuto), afirmando que este último no es ni de una ciencia, ni de un arte y mucho menos de una religión. Parece ser que se sitúa dentro de la doble vertiente de ser discurso analítico: por un lado se trata de un discurso en tanto posee ciertos enunciado y rigurosidad que sustentan su práctica; por el otro se es analítico en busca de la descomposición del todo en cada una de las partes que lo conforman para encontrar el decir del sujeto y los efectos que tienen este decir para consigo mismo y su acceso a la verdad. El análisis no solo se limita a los efectos producidos del decir del sujeto, si no también al del propio discurso teórico psicoanalítico y su practica. Es a partir del ensayo “spicanalise” de Allouch, que Cornaz (2007) hace la pregunta: “¿Dónde esta el psicoanálisis?” La respuesta es dada en este mismo ensayo y siguiendo la propuesta de Michel Foucault: El psicoanálisis es una práctica espiritual. En la problemática del acceso a la verdad y la búsqueda de nuevos ejercicios de subjetividad, el psicoanálisis encuentra en Foucault un aliado y tenaz crítico. Sus constantes reproches hacia el psicoanálisis están dados en función de su acercamiento y postulados teóricos al “saber de sí”, en tanto ve con buenos ojos el alejamiento de él para acercarse al “cuidado de sí”